Alberto Durero fue un artista del Renacimiento alemán que destacó en diversas disciplinas como la pintura, el dibujo, la estampa y la investigación teórica.

Durero fue un hombre polifacético que dominaba un conjunto de técnicas y recursos que le convirtieron en uno de los protagonistas más genuinos y brillantes en la historia del Renacimiento germano de los siglos XV y XVI.

Su arte cruzó fronteras y fertilizó culturas foráneas. Tanto por su calidad como por la cantidad de sus obras, merece un puesto de honor en el firmamento artístico.

Fue influenciado por la reforma luterana, surgida en 1517, y consolidada en Alemania cuando falleció en 1528 y también fue un prototipo de hombre renacentista, adornado de las cualidades inherentes a tal categoría: interesado por la cultura, admirador de la antigüedad greco-romana, teórico de las Bellas Artes, entusiasta de la geometría, de las proporciones del cuerpo humano, artista múltiple.

Su producción no es demasiado patente en la pintura, pero sí en los grabados. Solo se conserva un óleo de inspiración mitológica Hércules mata a las aves de Estinfalo compuesto por deseo de Federico de Sajonia para ornato de una estancia en su castillo. En él se advierte la influencia del florentino Antonio Pollaiuolo, autor de escenas protagonizadas por el héroe griego, cuyas estampas eran admiradas, imitadas y, en ocasiones, copiadas por el nuremburgués. También se ha apuntado remembranzas de la Divina Comedia de Dante y una imitación del paisaje italiano. Igualmente, excepcionales, son las de temática histórica relacionada con mitos del pasado latino.