El monasterio medieval de Herrenalber, situado en la parte meridional de Alemania, próximo a la ciudad de Ulm, en su momento tuvo un notable scriptorium. Allí se produjo esta obra, datada en el año 1484 y elaborada por el cantor del cenobio Johannes Zurn de Nyposheim, según consigna el propio autor material en el colofón del manuscrito

Se trata de una pieza de gran interés por varios motivos. Primero, conviene recordar que por estas fechas ya existía la fuerte competencia de los libros impresos. Por tanto, la factura de un ejemplar a mano suponía una voluntad de continuar con la tradición secular y también el deseo de realizar una obra que destacase por su belleza y forma de ejecución. En esa época los libros hechos manualmente gozaban de gran prestigio frente a los «de molde». Federico da Montefeltro, duque de Urbino, bibliófilo exquisito, prohibió taxativamente que ningún impreso entrase a formar parte de los fondos de su magnífica biblioteca.