El año 1492 fue clave para España y el mundo, tal y como se conocía hasta entonces. Los Reyes Católicos sientan las bases del Estado Moderno. Un nuevo modelo de gobierno que se cimentaba en el pasado feudal, pero que superaba sus ambiciones políticas y estrategias de poder.

Uno de sus primeros grandes logros fue concluir la Reconquista cristiana de la Península, con la toma de la Granada nazarí, último reino musulmán peninsular. Su fase final tuvo un importante componente diplomático, que aquí analizamos.

Poco después, el 20 de marzo, estando todavía los monarcas en la ciudad andalusí recién conquistada y siguiendo la política imperante de unificar la fe de sus súbditos, se expulsa a las comunidades judías de los reinos de Castilla y de Aragón. Se firmó un documento múltiple: uno firmado por Isabel I y el rey consorte, válido para la Corona de Castilla; y otro firmado solo por Fernando II, destinado a la Corona de Aragón.

Por último, el 17 de abril de ese mismo año, en la ciudad-campamento de Santa Fe (Granada), después de meses de negociaciones, Cristóbal Colón firma con los monarcas un acuerdo jurídico en el que se estipulan las condiciones de su empresa ultramarina: aventurarse a una nueva ruta para llegar por poniente a las Indias Orientales, un territorio tan remoto como legendario para los europeos, pero famoso por sus productos suntuarios (porcelana, especias, seda, pólvora…).

De esta manera, en muy pocos meses, en torno a la corte regia radicada en Granada se entretejen los hilos de la historia para permitir la entrada de España en el Renacimiento y forjar un imperio de escala planetaria. Era la antesala de una centuria de esplendor cultural que se conocerá como el siglo de oro español.

Millennium Liber, en su empeño por acercar al presente los manuscritos señeros de nuestro pasado común ha espigado en el océano de papel de nuestros grandes archivos nacionales tres documentos fundamentales para entender la historia con  mayúsculas.

El motivo de nuestra edición ha sido reunir un póker de diplomas que, desde el mismo momento en que se redactaron, se convirtieron en referentes indelebles de nuestra memoria colectiva.